Cariño, ¿has visto la noticia educativa de Chengdu? Algunas escuelas han empezado a probar un sistema integrado de doce años; los alumnos pueden no hacer el examen de secundaria y pasar directamente de primaria a bachillerato.

Sí la vi. Mientras el niño entre en ese tipo de escuela desde primero de primaria, y además sea elegido mediante sorteo, luego ya no hay que preocuparse por el paso a secundaria ni por el examen de ingreso. Es un recorrido continuo. Los padres seguro se pelearán por las plazas.

La verdad es que la presión baja bastante. Antes lo que más temía la gente era la ‘derivación’ que produce el examen de ingreso, y que sus hijos no lograran entrar en un instituto general. Ahora, con las clases integradas, muchos lo ven como una oportunidad.

Pero también hay quienes se preocupan de que esto genere una nueva desigualdad educativa. Algunos padres dicen que solo una parte de los alumnos podrá disfrutarlo, que las plazas son limitadas y que al final todo depende de la suerte.

En realidad, Pekín y Xi’an también tienen proyectos piloto parecidos, pero allí sobre todo seleccionan a los estudiantes con mejores notas. En Chengdu, en cambio, esta vez se enfatiza más la igualdad de oportunidades.

Exacto, no se trata de ‘coger solo a los mejores’, sino de un sorteo aleatorio; en teoría, todos los niños tienen una oportunidad. Solo que el examen de acceso a la universidad sigue siendo ineludible.

Aun así, puede reducir en gran medida la ansiedad de las familias y de los estudiantes. Ojalá más escuelas se unan en el futuro para que todos tengan una vía más entre la que elegir.

Sí, la reforma educativa no puede ser de ‘talla única’, pero alguien tiene que atreverse a ‘comerse el cangrejo’ primero. Cuando salga la primera promoción de alumnos de estas clases integradas, la gente verá los resultados por sí sola.